Saber escuchar al cliente y saber interpretar la información que recibe es una de las claves para que tus clientes sigan comprando tus productos y servicios, no los de la competencia. 

El servicio al cliente es un valor agregado que muchas compañías han sabido entender y es por esto que se han puesto en la tarea de "conversar" con quienes compran sus productos y con esta información, han creado campañas de mercadeo poderosas con el objetivo de atender las necesidades y gustos de sus clientes. 

¿Cómo empezar a conversar?

Face to face

Esta es la forma tradicionalmente conocida, además de ser la más importante y utilizada. Puedes conocer sus gestos y te das cuenta qué tan sincero está siendo contigo. 

Redes sociales

Facebook, Twitter, Instagram, Google+... o cualquiera que sea la red social que utilices para tu negocio, es una herramienta de comunicación valiosa para tener una mejor interacción con tus clientes y ofrecer un mejor servicio, ofreciendo tus producto y servicios sin llegar a ser intrusivo. 

Página web

Cada vez que nos hablan de una empresa o negocio lo primero que hacemos es buscarlo en internet y si no lo encontramos ahí no nos da la confianza suficiente y simplemente descartamos sus servicios. 

Como puedes ver, esta es nuestra vitrina virtual que nos acerca más a nuestros clientes. Esta debe contar con contenidos actualizado sobre lo que ofrecemos, brindar los datos de contacto y un buzón de sugerencias donde podamos leer las opiniones de ellos es vital. Aprovecha esta herramienta. 

Blog

 Una página web no es suficiente, tener un blog que actualices entre dos y tres veces a la semana, además de generar tráfico, es una herramienta que te acerca más a tus clientes. Ahí puedes aclarar sus dudas y ofrecerles temas de su interés referente a tu negocio. 

Correo electrónico

Como te lo hemos dicho en otras oportunidades, esta es una herramienta indispensable de comunicación para cualquier empresa ( Clic aquí )

Como en alguna ocasión dijo el economista y especialista en mercadeo, Philip Kotler: "Un cliente muy satisfecho se mantiene leal más tiempo, compra más, habla favorablemente de la empresa y sus productos, presta menos atención a la competencia y es menos sensible al precio".